El hombre y su lenguaje buscan su máxima expresión en este sexto volumen de ANIMA MUNDI donde el autor hace una búsqueda desde el interior hacia afuera con el miedo al fracaso. Los límites son su propia negación. Pero la poesía de Fernando Marín da vida a las palabras para resucitar el concepto del mundo que percibe.
La realidad se encuentra donde el autor desea que esté para permitir así una visión creadora, expuesta al movimiento entre el Hombre y el hombre o el hombre frente a Dios y su propio destino.
Cuando el poeta tiene la oportunidad de construir un espacio de pensamiento, procura mantener una actitud creativa que comparte con el lector de un modo respetuoso mientras avanza en su búsqueda del ser proyectando una obra visionaria y profunda, con cierto sentido profético al asomarse a una poesía mesiánica.
Fernando Marín dota de vida propia a su obra y asocia sus preocupaciones a la función del lector, que encuentra en su poesía un argumento para definir a Dios como un histrión que despierta los sentimientos más profundos del Hombre.