Anima Mundi V

 

El manejo del lenguaje, la desnudez del alma y la vivencia del poeta son el núcleo principal de este poemario que hace vigente la convicción de Fernando Marín por sentir y pensar, sabiendo que son cosas distintas, pero fiel a si mismo.

La simbología de imágenes y la contemplación del poeta hace de lo difuso una contemplación casi religiosa del género humano prolongando su vida interior en cada verso y cada poema en un rotundo credo.

De esta forma Fernando Marín consigue en ANIMA MUNDI V crear un poemario sacando de su vida los motivos más íntimos para transformarlos en una nueva poesía, más viva y más personal, a la vez que creadora, concretando en el alma de las cosas. Este acto creativo se convierte en el poeta en verdadera obsesión pero a su vez lo hace mucho más independiente.

Lo que es demasiado poético para el autor se transforma a través de su lenguaje en algo visual, sin dejar de ser arte. Y hace que la poesía muerta pase a ser poesía viva con el simple hecho de sacar a la vida los motivos que atrapan la idea. Entonces, es cuando debe nacer la emoción por parte del lector, ávido de contagiarse de las palabras.